En África el día a día puede ser muy duro, pero personas como Achta hacen que sea más fácil porque cuentan historias para hacer sonreir a los niños y niñas mientras prepara la comida o muele el grano. Como la historia del un niño que caminando por la sabana pisó una piedra puntiaguda y dió un grito de dolor. Un elefante escuchó el grito del chico y ...
Bereket nos enriqueció con la cultura de su país natal, Etiopía. Nos ha mostrado el colorido de los vestidos y pañuelos africanos, entre otras muchas cosas.
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