*Ejercicios del curso de animación a la lectura. Imagine un
cuento para desarrollar en un aula de Educación infantil (5 años) en el que se
trate la importancia del compañerismo. Puede utilizar los recursos que precise.
(Nov. 2012)
La magia del
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Por Pilar Redondo Benítez
Había una vez, un grupo de jóvenes
hadas las cuales estaban en la clase de aprender a utilizar la varita. La
señorita Petunia les indicó que con un toque y unas palabras mágicas
convertirían la maceta que habían traído de casa en confetis, todas rieron y
estaban deseando que llegase su turno para hacerlo. Pero antes tenían que
practicar las palabras mágicas 1, 2, y hasta 3 veces, antes de realizar magia.
Todas se fueron colocando y esperaron a la señal de la señorita Flor.
Atención niñas, una, dos y ¡tres!
Todos empezaron a decir las palabras
mágicas:
“Que se abra la magia” y daban un
pequeño toque al aire. Pero a cada una le salió algo diferente de la planta.
Al hada Menta le salió un caracol, al
hada Manzanilla gotitas de agua, al hada Té lazos de colores, al hada Tomillo
pequeños trozos de fruta...pero nada de confetis.
Volvieron a colocarse en sus sitios y
la señorita volvió a decir:
Atención niñas, una, dos y ¡tres!
Todas empezaron a decir las palabras
mágicas:
“Que se abra la magia” y daban un
pequeño toque al aire. Ésta vez salió todo maravillosamente, la señorita quedó
muy contenta. Porque todas las hadas habían conseguido hacer lo mismo pero ni
rastro del confetis.
Así que lo volvieron a practicar una
tercera vez.
Volvieron a colocarse en sus sitios y
la señorita volvió a decir:
Atención niñas, una, dos y ¡tres!
Todas empezaron a decir las palabras
mágicas:
“Que se abra la magia” y daban un
pequeño toque al aire. Cuando de repente escucharon al hada Té llorar, porque
se le había roto su varita justo al empezar su tercer intento.
La señorita Petunia consoló al hada Té
y le dio un fuerte abrazo, animándola. En ese momento ella preguntó quién
quería compartir con el hada Té su varita para hacer magia. Todas se miraron,
se agruparon, cogieron sus macetas y la colocaron en el centro, se fueron
acercando al hada Té y cada una de las hadas fue compartiendo sus varitas con
ella, cuando todas estuvieron cerca apretaron con fuerza el mango de la varita
y esperaron con una gran sonrisa las palabra de la maestra.
Y la señorita volvió a decir:
Atención niñas, una, dos y ¡tres!
Todos empezaron a decir las palabras
mágicas, a la vez que movían la varita:
“Que se abra la magia” y daban un
pequeño toque al aire.
En aquel preciso momento al compartir
todas sus varitas con el hada Té, salió de todas las plantas una luz cegadora
que al llegar al cielo se convirtió en una lluvia de papelitos de todos los
colores y brillantinas, que iban cayendo sobre las cabezas de las pequeñas
hadas, Té, Menta, Manzanilla, Tomillo...
La señorita Petunia, se quedó muy asombrada,
pues jamás había visto nada igual en sus
años de maestra.
“Y Colorín colorado este cuento se ha acabado”
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