viernes, 21 de abril de 2017

#Hoyleemos: "Como tú"

¡Buenos días amigos y amigas amantes de los cuentos!

¿Alguna vez habéis deseado tener algo de otra persona? No algo material si no más bien algo físico.
Veréis, cuando yo era pequeña quería tener el pelo de una niña, me encantaba poder tener ese pelo largo y rizado. Me quedaba embobada mirándoselo. No, no creáis que me gustaba su color, ni el largo del pelo. Lo que más me llamaba la atención eran sus rizos. 
El mío era largo, moreno y moldeable. Nada que envidiarle, pero había que cepillarlo y eso conllevaba a tirones de pelos mañaneros con alguna que otra lágrima detrás.
La verdad es que me gustaba el pelo de esa chica porque pensaba que al tenerlo rizado nunca tenía que peinárselo, ni tendría tirones.
Un día mi madre me cogió unos rulos enormes en mi pelo. Esa noche dormí con ellos, ni malestar tenía aunque no podía darme la vuelta porque cada vez que lo intentaba me hacía la acupuntura en la cabeza.  ¡Ay madre que rizos más monos me quedaron!. 
Estaba feliz, parecía una leona porque yo tenía mucha cantidad de pelo, pero yo solo veía tirabuzones por todas partes. 
Atención, llegó mi gran desilusión... ¡había que peinarlos!... ¡Qué horrrooooorrr! cuántos tirones de pelos, más aún que el mío. Qué equivocada estaba.
Me quedó claro que yo estaba más guapa y mas mona con mi pelo al viento y moldeable. 
Después del trabajazo de mi madre, ella, con una paciencia infinita me lavó el pelo y volví a ser yo. ¡Cuánta felicidad!


Autora: Geneviève Côté
Editorial: Almadraba infantil juvenil

Esta es la historia de dos amigos, un conejito y un cerdito. Los dos están coloreando en lienzo cuando se miran uno al otro y ven cosas atractivas que a ellos les gustarían tener y no tienen. 

 Al principio es divertido, pero....


Me encantaría ser de un rosa muy vivo. Yo preferiría ser de un blanco muy puro.


Tendría la cola enroscada como una cáscara de limón. Tendría la cola esponjosa como un algodón de azúcar.


Tendría las orejas cortas y regordetas. Tendría las orejas largas y caídas.


¡Plof! cayeron al charco de barro...

¿Qué pasará cuando se den cuenta de quienes son ahora? ¿Se seguirán sintiendo bien? ¿Seguirán queriendo ser lo que no son?

Un cuento donde la amistad aflora por todos los poros de la piel, divertido y entrañable y real como la vida misma. La amistad y la individualidad del ser.

Las ilustraciones son a lo grande, expresivas, simpáticas y con mucho amor.

La editorial Almadraba ha sabido conjugar un tema muy importante como es el sentirse querido con uno mismo. Un trabajo plausible y brillante. 
Además muy recomendable para trabajarlos en la educación infantil, sus dibujos enormes y sus trazos son enriquecedores. 

Feliz día, feliz lectura.

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