¡¡Hola amig@s y amantes de los cuentos!!
Cómo todos sabéis en la biblioteca Las Columnas de Triana, tengo un taller de escritura creativa para los pequecuenteros de 6 a 10 años. Inventan historias a partir de" historias de dados".
Es una cajita con 9 dados con dibujos por todas sus caras, que al tirarlos salen 9 dibujos diferentes. Con ellos empezamos a darle forma a nuestro cuento.
Pues a partir de las palabras: cara contenta, bastón, oveja, magia, agujero, fuego, cerradura, país, sol.
Salió este fantástico cuento, el cuál se leyó por sus creadores, el penúltimo día de cuentacuentos, en la biblioteca Las Columnas de Triana. Os puedo asegurar que estaban contentísimos, ilusionados y muy excitados, por la reacción de un público que no dejó de aplaudir.
EL
MAGO Y LA MÁQUINA TELETRANSPORTADORA
Érase
una vez en un país muy lejano donde existían ovejas voladoras y la
magia corría a sus anchas.
En
ese país, había un mago de cara sonriente, al que todos iban para
contarles sus problemas con la idea de que les ayudara.
El
país ardiente solo tenía una única entrada, la cual se abría con
un pequeñísimo bastón.
La
cerradura del país ardiente se encontraba debajo de la tierra, en
medio de la única montaña de aquel lugar.
Allí
las personas siempre tenían mucho calor debido a que el sol se iba
acercando todos los días un poquito más a la cerradura del país.
Él estaba muy solito allí arriba y quería ser amigo de los
habitantes.
Pero
un buen día, el sol se asomó demasiado para hablar con las personas
que estaban bailando en la plaza. Tanto se asomó que la cerradura
empezó a derretirse y se cerró para siempre la única salida del
país ardiente.
Los
habitantes, desde aquel momento tenían muy pocas horas para resolver
el problema porque en varios días se quedarían sin oxígeno para
poder respirar. Así que todos los habitantes fueron a visitar al
gran mago de la cara sonriente para que les diera una solución
cuanto antes.
El mago se quedó pensativo, y
muy preocupado porque no sabía realmente como lo iba a solucionar.
Así que Les dijo que se fueran a su casa a dormir y mañana tendrían
una respuesta. Cuando todos se fueron él pensó que la única
solución sería tele transportarse hacia el exterior y allí ver que
podían hacer.
Entrada
la noche el mago fue a su estudio y entró en la cabina de la
máquina.
Antes,
había cogido un invento que hace años creó para congelar el
hierro.
Ahora
tendría la gran oportunidad de ponerlo a prueba. Cuando estuvo allí
congeló la cerradura y la partió con un hechizo.
Aquella
mañana todos se despertaron celebrando el gran acontecimiento y
decidieron retirar la gran capa que protegía su mundo y dejar que la
luz entrara en el país. Así el sol podría verlos sin tener que
acercarse. Y desde aquel momento los rayos de sol acariciaban a sus
amigos en los días de frío.
Si te gusta este cuento, podrías dejarles un comentario a los pequecuenter@s, ell@s recargarán pilas y estarán mas motivados para el próximo taller de escritura creativa.
Besos para estos grandes artistas y futuros cuentistas, Muuaaaccc.
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